Los paneles fotovoltaicos presentan una desventaja: cuanto más se calientan menos producen. Este problema se hace más patente en los meses de verano, donde un panel llega a perder un promedio de un 0,5% de eficiencia por cada grado que pase los 25º C de temperatura.
Ya conocemos algún ejemplo de panel híbrido que trata de combinar los dos efectos (térmico y fotovoltaico) para maximizar el rendimiento de las placas.
Actualmente, la empresa Solimpeks, un fabricante de Turquía, ofrece unos paneles solares que producen electricidad y agua caliente al mismo tiempo.
Al conducir el calor al agua, el panel aumenta su eficiencia al generar electricidad. Igual que un motor de combustión interna que necesita refrigerarse para funcionar, los paneles funcionan mejor con una temperatura de servicio mucho más baja. El agua caliente puede acumularse y utilizarse con distintos fines.
Más info del panel en la ficha de características técnicas [pdf]