jueves, 25 de noviembre de 2010

Aena quiere volver verdes sus aeropuertos


Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha presentado en el CONAMA su plan de acción ambiental, en el que la eficiencia energética y las energías renovables desempeñan un papel clave.  La gestión eficiente del agua y los residuos y la introducción de los vehículos eléctricos en los aeropuertos son otros aspectos claves.

AENA pretende que todos los aeropuertos de la red sean sostenibles y para ello está implementando de forma progresiva el concepto de "aeropuertos verdes", según anunció ayer en el marco de CONAMA 10 José Manuel Hesse, director de Medio Ambiente de AENA.

Un "aeropuerto verde– explicó Hesse– es el que hace un uso responsable de los recursos naturales que necesita para su funcionamiento, reduciendo el consumo de energía y promoviendo la utilización de energías renovables para reducir la emisión de gases de efecto invernadero; también gestiona adecuadamente sus residuos. El objetivo final es que el aueropuerto sea neutro en emisiones de CO2".

Un ejemplo es  el aeropuerto de Lanzarote, donde ya se han realizado auditorías energéticas. Ahora se va actuar en la climatización y ventilación, dotándolo de sistemas solares térmicos, y en optimizar la ilumación mediante Leds, tanto en el interior y exterior. En los aeropuertos de Madrid y Barcelona se están realizado pruebas  sobre la viabilidad de utilización de vehículos 100% eléctricos que sustituyan a los convencionales. "Los aeropuertos son lugares idóneos para este tipo de vehículos" –dijo Hesse.– "Aquí no hay problemas de recarga".

Otra referencia es el aeropuerto de La Palma, que cuenta desde 2003 con dos aerogeneradores. En 2008 aportaron el 95% de sus necesidades energéticas. Además de la eólica, AENA quiere probar las restantes tecnologías renovables en los diferentes aeropuertos de la red, incluidas la geotérmica y las marina, a fin de comprbar cuál o cuáles son más indicadas en cada caso.  

Aterrizajes en descenso continuo
Otro objetivo prioritario para AENA es implantar aterrizajes también "verdes". Estas  maniobras de aproximación al aeropuerto consisten en realizar un descenso continuo sin tramos horizontales y con un funcionamiento de motor que permite una disminución del 25% en las emisiones de CO2 de media en cada operación (entre 300 y 480 kilogramos por vuelo), lo que implica un ahorro en el consumo de combustible de entre 100 y 150 kilogramos por operación. Además, con esta actuación se pretende lograr una reducción de entre 4 y 6 decibelios en las poblaciones situadas bajo la trayectoria de aproximación de las aeronaves.

Aena también se ha propuesto impulsar la incorporación de la Navegación de Precisión (PR-NAV) en los aeropuertos de mayor tráfico, para que las trayectorias de salida estén dentro de “un tubo de tolerancia” en el 99% de las ocasiones y con ello reducir, igualmente, la afección acústica de los despegues. La introducción progresiva de restricciones operativas para que no puedan volar las aeronaves más ruidosas es otra de las medidas que contempla.
Fuente: Biodisol.com
Más información:
www.aena.es